6 de enero de 2013

Sobre el miedo


Jorge: Ponernos a nosotros mismos en una situación que nos lleve al límite puede ser una buena forma de ampliar nuestros conocimientos de forma rápida y práctica. Como una especie de experiencia traumática, que genera un registro importante en nuestra vivencia. Pero el cuerpo actúa como si tuviera voluntad propia, no quiere pasar un mal rato, y por lo tanto activa la pereza, el miedo y por consecuencia el rechazo.

Mariana: La última vez que fuimos de excursión a la montaña noté que eso pasaba conmigo. Un día antes me entró un dolor de estómago que casi no me deja ir. ¡Parece que mi cuerpo ya estaba temblando de imaginar la gran montaña que íbamos a subir! jajaja

Jorge: Me gusta la imagen de la vida como un gran laboratorio. Pues muchas veces rechazamos el meternos en una situación que nos puede exigir esfuerzo físico, o controlar el nerviosismo, por ejemplo. Mientras que una situación no es más que una prueba para medirnos. Nuestras habilidades humanas, nuestro nivel de buen humor y ligereza y en realidad si no tenemos estas oportunidades de poner a prueba nuestras virtudes, ¿cómo sabemos si la tenemos?

Mariana: Tenemos miedo de salir de la zona de confort, de perder lo que tenemos, sea bienes materiales, una posición social, o la estima que los demás tienen de nosotros. Me acuerdo que el imperador romano Marco Aurelio decía que deberíamos vivir cada día como si fuera el último.

Jorge: Sí, eso quiere decir que no dejemos cuentas pendientes, palabras por decir, actos por hacer. Cuando somos jóvenes, pensamos en la vejez como algo distante y la muerte  como algo inexistente. Pero seguramente a la gente mayor o a quién le haya pasado un accidente, una enfermedad o al perder a un ser querido adquirieron un aprendizaje importante. Sin embargo la vida siempre nos da la oportunidad de tener este aprendizaje, que es por voluntad propia y sin pasar por el trauma. Entonces en este gran laboratorio que estamos inmersos no habrá nada que no salga de estas paredes. ¿Por qué nos cuesta cambiar de trabajo cuando no estamos a gusto? ¿Por qué nos cuesta aceptar el reto de hacer una actividad física periódicamente? ¿Por qué nos cuesta hablar en público cuando lo tenemos que hacer? Cuando mantenemos una actitud y obramos con responsabilidad la vida nos regala flexibilidad y fortaleza. Grandes hombres y mujeres pasaron por la vida y fueron capaces de dejar una enseñanza que es patrimonio de la humanidad. Cualquiera de nosotros puede (y debe) utilizar estas enseñanzas en nuestras vidas.


“No hay nada que haga sufrir al cuerpo que no favorezca el alma.” Lucio Seneca